viernes, 14 de enero de 2011

Alimentos Ácidos y Alcalinos. Primera parte

Desde hace mucho los nutricionistas y dietistas reconocen la importancia del valor de pH de la sangre (un término químico y fisiológico que refleja la acidez o alcalinidad de la sangre) para la salud, y cómo diferentes alimentos influyen de diferente manera sobre estos valores. No todos los fluidos del cuerpo presentan el mismo valor de pH, y tampoco este valor es igualmente estable en cada uno de nuestros fluidos corporales. Para que se tenga una idea, el pH de la sangre presenta un valor medio de 7,35 (el pH del agua pura, considerada ni ácida ni básica, es 7; valores superiores a 7 se consideran alcalinos o básicos, inferiores a 7 se consideran ácidos), el pH del jugo gástrico varía entre 1,5 a 3; de la saliva 7,1; del lúmen intestinal en zonas básicas 8, la orina entre 6 y 7, y la piel presenta un pH de 5.

El valor de pH no es constante, sino que puede oscilar un poco arriba o un poco abajo, dependiendo de diferentes factores. El más estable de todos los valores de pH lo posee la sangre, que puede oscilar 0,07 unidades por encima o por debajo. Fuera de estos parámetros estaríamos enfermos. En estado de acetosis puede alcanzarse un valor de 7,70, por encima de ello moriríamos. En el extremo opuesto, valores menores de 7,28 se consideran acidosis sanguínea, y por debajo de 6,95 moriríamos. El estado de acidosis es una constante en todos los tipos de cáncer, y muchas veces el cáncer remite, aún espontáneamente, al corregir a través de la alimentación, de forma permanente, el desequilibrio del pH.

Dado que la sangre presenta un margen muy estrecho de tolerancia, es natural que Dios haya diseñado poderosos mecanismos de control del pH en nuestro cuerpo. A estos mecanismos se les conoce como sistemas tampón o buffer. El más importante es el sistema de bicarbonato. El equilibrio de las sales minerales en la sangre, el fluido linfático y en el fluido intercelular determina el pH sanguíneo, y este equilibrio depende en gran medida de la alimentación. Cuando el cuerpo no logra disponer adecuadamente de los minerales necesarios, o agota los que tiene a su disposición, comienza a utilizar otras fuentes para obtenerlos, entre ellas los dientes (propiciando y siendo la principal causa de la aparición de las caries) y los huesos del esqueleto (propiciando el desarrollo de la osteoporosis).

El estudio de la regulación del equilibrio ácido básico del cuerpo humano es un campo fascinante que recién comienza a tomarse en cuenta por la medicina occidental. El propósito de este artículo es introducirle al tema, y presentarle varios alimentos clasificados según su efecto alcalinizante o acidificante sobre el organismo humano. El sabor no es criterio suficiente para ello, pues tomemos por ejemplo, el limón, que es de sabor marcadamente ácido, y sin embargo tiene un efecto alcalinizante sobre la sangre y sobre la orina, mientras que las carnes en todas sus variantes tienen un efecto marcadamente acidificante.

Por su actualidad y calidad, presentamos a continuación una tabla extraída del libro “Diet and Health” (Dieta y Salud), del autor y conferencista Pr. Walter Veith.

Tabla. Grupos de alimentos de cenizas ácidas y alcalinas. Las cifras en corchetes representan el porcentaje de alcalinidad o acidez. El agrupamiento en frutas y verduras se presenta en las listas de acuerdo con su uso común y no respetando su clasificación biológica (Amazing Discoveries © Copyright 2008).


Muy Ácidas (15-40)
Carnes: tocino, carne de res, pollo, cangrejos, huevos, pescado, jamón, cordero, hígado, langosta, carne de carnero, ostra, cerdo, pavo, ternera.
Medianamente Ácidas (2-11)
Cereales y legumbres: Cebada, maíz, lentejas, avenas, maní, arroz, centeno, trigo.
Nueces: Nueces de Brasil, nueces.
Productos lácteos: Queso (firme y blando)
Débilmente Ácidas (1-2)
Frutas: Arándanos, ciruelas.
Grasas: Mantequilla, nata, aceites.



Muy alcalinas (16-37)
Frutas secas: Albaricoques, higos, pasas
Frutas: Aceitunas
Edulcorantes: Melado
Verduras: hojas de remolacha, hojas de diente de león.
Medianamente alcalinas(5-15)
Frutas frescas: la mayoría de las frutas incluyendo: albaricoques, plátanos, moras, melones, cerezas, grosellas, dátiles (secos), limones, limas, frambuesas, mango, nectarinas, naranjas, durazno, caquis, piña, mandarina.
Verduras: La mayoría de las verduras incluyendo: remolacha, zanahorias, apio, pepino, col rizada, lechuga, papa, calabaza, boniato, tomates.
Legumbres: Frijoles de todo tipo, chícharos.
Nueces: Almendras, castañas, cocos.
Baja alcalinidad (0.1-5)
Frutas frescas: Manzana, arándanos, grosellas, pera, fresas, sandías.
Cereales: Mijo, sorgo.
Legumbres: Frijoles de varios tipos, soja (frijol).
Verduras: Espárrago, brócoli, col, coliflor, berenjena, quinbombó, cebollas, pimientos, rábano, calabaza, nabo.
Fuentes para este artículo:
Merien, Désiré. L’acidose. 1ère partie. Nature et vie. No. 94, 1998.
http://amazingdiscoveries.org/H-deception-health_acid_alkaline_food